lunes, 20 de diciembre de 2010

Que ganas de sentirte nuevamente en mi

Extraño las frías calles de París y el calor de tu cuerpo. Tu historia y la mía hace muchos años que tomaron caminos diferentes, sin embargo, se reencontraron un instante que duró horas en la Place des Vosges.

La comunicación nos acerca, pero la realidad de dos continentes nos separa y nos hace respirar la realidad. Te sueño como fantasía, ansías la desnudez de mi cuerpo y mis ganas de décadas acumuladas y entregadas a ti. Los días transcurren besando a tu familia, en los instantes cotidianos que envuelven a tu esposa y en las complicidades de una recámara construida durante noches enteras y madrugadas.

Mi vida anida proyectos, presentes de posibilidades y susurros de tu deseo.

Me quieres ver. Añoras amanecer conmigo, algo que nunca ha sucedido y no sabemos si sucederá. El año próximo anida posibilidades y ganas de noches compartidas cuya realización añoramos y cuyo desenlace desconcemos.

¿Es una locura imaginarte en mi cuerpo? ¿Es una locura robar tiempo de tu mundo de certezas? ¿Tengo derecho a reclamar una semana de tu existencia en mi vida? Tu presencia no afecta la existencia de nadie en mi presente. Mi presencia afecta existencias de tu vida.

¿Quiero conocerte o me limito a la fantasía de mis recuerdos? ¿Me quieres conocer o te limitas al recuerdo de mi cuerpo en una noche de deseos añorados y guardados durante décadas?

"Te pienso más que nunca". No se qué significa.... y no sé si lo quiero saber. ¿Hace alguna diferencia? Sólo sabemos tú y yo el significado de un día y una noche imprevista, añorada, inexplicable e imaginada. Unas horas que cambiaron nuestras vidas para que no cambiara nada más.

Te deseo. Quisiera sentir en este momento el sudor de tu cuerpo, tu boca en la mía y la fuerza de tu cuerpo. Sin palabras, con silencios húmedos que no necesitan explicación. Con posibilidades no exploradas y que posiblemente permanezcan en ese libro de historias jamás contadas cuyos testigos seremos tú y yo, nada más....perdidos en el mar de esperanzas que se duermen con el tiempo.

Te deseo. Quiero gemir entre tus brazos. Ansío sentir tus labios explorando mi cuerpo y la respiración entrecortadas entre las palabras que se dicen y no representan la inmensidad de nuestro encuentro.

Nuestro encuentro sacudió las certezas. Nuestra despedida abrió posibilidades inimaginadas.

Adiós y hasta pronto.

Te deseo.

Te sueño.

Te añoro.

Te imagino.

¿Volveremos a besarnos en un largo instante horizontal en el que tu cuerpo y el mío se funden como si siempre hubiesen sido un movimiento?


jueves, 2 de diciembre de 2010

Después de 30 años

Sigo sin poderlo creer. Me reencontré por casualidad absoluta al primer amor de mi vida. Fuimos novios cuando estaba yo en la preparatoria y él se regresó a vivir a París después de algunos años. No fuimos novios todo ese tiempo, tan sólo unos meses antes de que regresara a su gala realidad y desde ese entonces no lo veía.

Mi sueño de adolescente era perder la virginidad con él. Supe lo que era el verdadero amor a su lado, aunque nunca hicimos el amor. Nuestros besos apasionados nos dejaban jadeantes y temblorosos, pero creo que mis miedos eran más grandes que mi deseo, y nunca pasó nada más entre nosotros. Lo lamenté toda la vida.

Pues hace unos días, como de película, mientras estaba sentada en la Place des Vosges en el Quartier du Marais en París, tapada por el viento frío, sentí la mirada de un hombre. Fué tan fuerte que tuve que voltear para saber de dónde provenía esa energía....y ¡me encontré con el amor de mis años mozos! Sin pensarlo, corrimos a abrazarnos y a reírnos. Fué maravilloso.


Vive en Francia, está casado, tiene 3 hijos. Estaba de negocios en París y sin saber por qué, decidió que debía caminar por la Place des Vosges....

Al día siguiente volvimos a vernos, pues en ese momento el tenía citas y asuntos que atender. Caminamos por las calles de París tomados de la mano como si tuviésemos 16 y 18 años, como si el tiempo no hubiera pasado, como si hubiera sido ayer cuando nos despedimos en el aeropuerto con el corazón roto. Ninguno de los dos lo pensó, simplemente lo sentimos. Caminamos abrazados, nos besamos en todos los rincones, nos reímos, comimos, tomamos vino, brindamos.

Cuando llegó la noche, tampoco lo hablamos. Simplemente nos fuimos a su hotel y al cerrar la puerta del cuarto empezamos a darnos un beso que terminó al día siguiente. De la manera más natural nos quitamos la ropa, como si siempre hubiésemos conocido la cadencia de nuestros cuerpos y seguimos acariciándonos lentamente. Mientras pasaba yo al baño, él puso música en su computadora, prendió una luz indirecta, pidió otra botella de vino al cuarto y me esperaba en la puerta. Lentamente me llevó a la cama y seguimos besándonos y explorándonos como lo hubiésemos querido hacer décadas atrás.

Sentí su cuerpo como lo imaginé durante años. Nuestra desnudez compartida era algo que nos debíamos. Besó mis senos, yo su pecho, nos acariciamos las piernas, las nalgas, el cuello. Nos miramos a los ojos una y otra vez, mientras nos besábamos y nos reíamos como adolescentes. Acariciar su pene ha sido de las mejores experiencias de mi vida, era algo nuevo para mi, pero al mismo tiempo, era como si siempre hubiese sido mío. Entró a mi cuerpo como si siempre le hubiese pertenecido y se movió al ritmo que me gusta, como si lo hubiese conocido desde el primer día.

Hice el amor con mi primer amor, como si hubiese sido la primera vez, llena de ternura, pasión, ganas, comprensión, diversión, sencillez, cariño, deseo.

Al día siguiente, cada uno tuvo que regresar a sus vida. El tomó el camino de regreso a su hogar y mundo. Yo estuve unos días más en París, recordando su sonrisa y nuestro andar tomados de la mano. No me arrepentí de haber estado con él, al contrario, sentí que finalmente, había cerrado algo que llevaba años en mi vida abierto y que por fin tenía la oportunidad de despedir.

No sé que sigue, y no quiero pensarlo. Viene a mi país de visita el año entrante y soñamos con reencontrarnos. No sé si ocurrirá o no. Tampoco me importa. Ese par de días fueron un regalo de la vida y si es lo único que sucede entre nosotros, me iré a la tumba absolutamente feliz.

viernes, 29 de octubre de 2010

Sueño con ese instante

Mis pezones añoran la textura de tus labios y mis manos la fuerza de tus muslos. Estoy mojada de tan sólo recordar ese instante preciso en que gemiste y llenaste mi boca con tu sabor.

Sueño con ese instante de roce entre nuestros cuerpos, de tu jadeante sudor y tus ganas abriendo mi cuerpo para dejarte entrar a lo más profundo de mis deseos.

Sueño con ese instante en que pierdo el control mientras tu me controlas.

Sueño con ese instante en que tengo que rogarte que no te detengas y me lleves al final....

miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Jugamos?

¿Quién quiere jugar conmigo?

Sin novedad en el frente y algunos planes por delante


Se acaba el año y no han habido mayores sobresaltos en mi vida en los últimos tiempos. Con el cierre del 2010 se ha acumulado una carga inmensa de trabajo y he tenido poco tiempo, por no decir que nada, para mis devaneos amorosos, ni para ir de compras (esto supongo que es bueno pues se acerca la navidad con todos los gastos correspondientes). Quisera en momentos como estos ser irresponsable y largarme a París un par de días por el simple placer de hacerlo y olvidarme de todo. Lo haré pronto, pero hoy no puedo.

Mi única preocupación por el momento, además de la laboral, es decidir con cuál de mis pretendientes paso el fin de año. Una de las propuestas suena romántica y con poca ropa en la playa.... la otra suena más fría, con ropa de nieve, pero también habrá poca ropa, estoy segura. Ambos son extraordinarios amantes.

¿Con quién me iré?

sábado, 4 de septiembre de 2010

De "Misses", reses, amantes y otras cosas

Pues me ha dado mucha risa el revuelo y la polémica que se han generado por el triunfo de la mexicana Jimena Navarrete como Miss Universo y las declaraciones de Malú Micher sobre la pasarela de reses que es este espectáculo. La verdad es que siempre he pensado lo mismo, pasean, exhiben sus atributos, medio hablan, se visten en traje de baño, traje de gala, de noche, de mono, de día, de medio día, sonríen, hablan sobre la necesidad de paz en el mundo y después votan por ellas -de una manera bastante poco clara- y seleccionan a la mujer más hermosa del planeta. Bien por ellas, en este reino del señor hay de todo para todas, si es la meta de su vida, ¡qué felices al poderla cumplir!

Me pregunto qué pasará realmente por sus cabecitas y si están tan vacías como parecen. Creo que no es siempre así. Hay mujeres que han demostrado ser bastante inteligentes y hacer uso de su belleza y capacidades...para distintas cosas.

Veamos. Lupita Jones, la primera Miss Universo mexicana, ha tejido su futuro de manera bastante sólida. Ganó el concurso en 1991, se casó con el empresario Simón Charaf (de algo debe servir ser famosa y bella también, no?). Desde que formó la empresa Promocertamen en 1994 se ha dedicado a "promover la belleza de la mujer mexicana en el mundo" y ha apoyado las campañas de salud en contra de la talla cero para generar conciencia sobre los trastornos alimenticios a los que se enfrentan las jóvenes hoy en día.

Me dan gusto estas historias. Niñas lindas que se convierten en empresarias exitosas. El hecho es que hay cosas que a veces no me cuadran. ¿Y todo esto lo hicieron solas? ¿O simplemente han hecho uso del recursos al que muchas mujeres han recurrido a lo largo de la historia para sacar lo que quieren de otros hombres?

Pienso en el caso de la ex Miss Perú, Ingrid Yrivarren, conocida en México por ser "empresaria" y novia de Juan Antonio Pérez Simón, uno de los hombres más ricos en este país. Ella presume ser amiga de Carlos Slim, "hombre de gustos sencillos" según cuenta, y amante del arte (alguna coincidencia con su pareja?). Resulta que es el corazón de "Viva Perú", mediante el cual promueve la riqueza cultural de su país en México. También es presidenta del Consejo Directivo de Editorial Contenido, que edita tres revistas de actualidad. En Perú es presidenta de Clatel, una compañía distribuidora de los celulares Claro, y confecciona y exporta ropa de algodón pyma para las tiendas Sears de México. ¿Muchas coincidencias, no? (Por cierto, ¿renunciaría a Pérez Simón por convertirse en la novia de Christian Castro? Creo que sería mala inversión...)

Sé que esto suena poco solidario con las mujeres y tampoco me gusta escucharme decir que todas las bonitas son golfas y hay algunas golfas de altos vuelos y otras no tan altos. Simplemente, sigue sin parecerme atractiva la imagen de una mujer como ese ser que simplemente saber hacer uso de sus atributos físicos para sacarle a los hombres -que no siempre piensan con la cabeza que tiene neuronas- lo que puedan. Algunas sólo tienen acceso a hombres de pocos recursos y les sacan lo que pueden en la medida de sus posibilidades. Otras tienen acceso a los hombres más ricos del mundo...y les sacan recursos en la medida de sus posibilidades, también. El hecho de fondo, es el mismo y tiene un nombre.

A Lupita Jones la han asociado con políticos mexicanos. La verdad es que a lo largo de su trayectoria ha demostrado ser mujer de trabajo, la mera verdad. A Yrivarren, pues se le nota su habilidad para desarrollar negocios vinculados a la riqueza de su pareja. ¿Cuál será el camino, el hombre y el futuro de Jimena Navarrete? ¿Se convertirá también en una exitosa empresaria?



domingo, 15 de agosto de 2010

Le dió Unfollow....

Ya me conocen, me gusta escribir sobre lo que observo, pienso, vivo o simplemente se me ocurre. Hoy quiero contarles la historia de un amor real que ha tenido un triste desenlace virtual. No quiero burlarme ni reírme, se trata de una amiga a quien quiero mucho y que está pasando por un pésimo momento. Todo el hecho me ha dejado pensando en muchas cosas. Sé que ella no lo va a contar a nadie, me lo ha contado a mi, y pienso que poner esto a circular será una manera de ayudarla a aliviar su dolor. No sé si así ocurrirá, pero creo que dejando estas emociones estancadas en su corazón y silencio no le servirá de mucho tampoco.

Es una mujer a quien quiero como hermana. Joven (de cuarenta y pico como yo), divorciada hace algunos años, muy guapa (aunque ella no lo reconoce ni se da cuenta de lo atractiva que es. Muchos hombres dicen que en eso radica su encanto), estúpidamente inteligente y preparada y podría decirse que existosa profesionalmente (muy, diría yo). Su divorcio la dejó doblada emocionalmente y en el proceso del duelo dió algunos cambios a su vida. "Se reinventó", como dice ella. A lo largo de estos años observé a muchos exgalanes suyos relamerse los bigotes pensando que podrían ser el hombro en el que ella llorara su pérdida y después el cuerpo que ella pudiera gozar, pero no sucedió lo uno ni lo otro. Ella tiende a aislarse del mundo en momentos de gran tristeza y a tragarse en silencio la tristeza. Le costó, me consta que le costó salir de eso.

Finalmente, hace unos meses, no recuerdo bien si fue en enero o febrero, conoció a un hombre del que se enamoró -finalmente- con locura. Estoy hablando de años, a ñ o s, después de su divorcio. Se dio, por fin, la oportunidad de volver a sentir y de entusiasmarse con un hombre. El verla alegre, con la mirada brillante, cantando y bailando de nuevo fue un espectáculo increíble para quienes la queremos. La tristeza y ella no se ven bien juntas, pero de repente la melancolía parecía haber encontrado en ella un sitio en el cual habitar. Este hombre le trajo de nuevo alegría, entusiasmo y esperanza.

El es un hombre francamente encantador, seductor, no guapo pero increíblemente atractivo. Ella moría por sus ojos, y si, tiene unos ojos profundos y llenos de pestañas. Tipo inteligente, culto, gran conversador, original y con una gran experiencia de mundo...igual que ella. No se veía apabullado por la personalidad de mi amiga, para nada. Al contrario, cosa que a ella le vino muy bien, pues por alguna razón, a los hombres les paraliza y molesta una mujer exitosa y con vida propia. Creo que también se enamoró de ella. A los pocos meses de salir con ella, y un día después de preguntarle que si se iría a vivir con él, le envió un mensaje lapidario: "No te quiero volver a ver nunca, adiós." Madres, si, madres. Cuando me lo enseñó sentí una patada en los cojones, y eso que lo que tengo son ovarios. Lo que ella sintió debió ser...indescriptible.

Durante un mes o más tal vez, él estuvo enviando señales contradictorias: disculpas, besos, mensajes...todo por internet, Facebook, Twitter, sms, chat de BB y esas cosas. Creo que no hablaron por teléfono. Finalmente, cuando ella se decidió, por salud mental, a decir adiós a esa situación y a cortar toda comunicación y contacto virtual con él, él la buscó, la fue a ver, le pidió disculpas, la convenció de que desaparecerse no era su manera de resolver las cosas y regresó el romance. "Reapareció!" decía ella. Y creo que así fué por una temporada.

Se ven bien juntos, la mera verdad. Se llevan bien, se divierten mucho y claramente existe una gran atracción. A veces tengo la sensación de que ella está más clavada con él. No se si será así o simplemente que el tiene muchos pe... digo, asuntos, sin resolver sobre su propio divorcio y vida aún. Hay cosas que a mi me parecen extrañas de él: como que hay una parte que por no poder llamar de otra manera diría que es oscura en él. Habla poco de sí mismo y como que siempre que lo veo, o vi, me quedo con la sensación de que hay algo por decir que él no quiere decir, o abrir o simplemente quiere ocultar. En fin. Supongo que él habrá abierto esas cosas con ella. No sé si a ella le genera ansiedad eso, pero bueno, así es él.

En esta segunda parte de su relación, después de "La Desaparición", han seguido sucediendo cosas. A mi en lo particular me caía pésimo que le cambiara los planes por todo: a la exesposa se le rompió la uña y no puede cuidar a sus hijos el fin de semana que habían quedado de irse juntos, pues diez minutos antes de pasar por ella...le enviaba mensaje para avisarle que tenía que estar por ellos. Tenían cena y le enviaba mensaje para avisarle que la tenían que cancelar por motivos de trabajo. En fin. Que a ella le cancelaba todo y yo veía como trataba de mantener su mejor sonrisa y "aprender del asunto a ser paciente y tolerante". (No sé cómo le hacía, creo que a la tercera cancelación yo lo hubiera mandado a la fregada, pero bueno, esa soy yo.)

Las últimas semanas la empecé a ver ansiosa y supe, sin que me lo dijera, que algo estaba pasando con él. En efecto. Ya me lo contó: reapareció una amiga de él (que ella ni siquiera sabía que existía...y cómo me identifiqué con ella después de lo que les conté sobre la Buga de clóset) de la que no se ha separado desde ese día y a ella le ha cancelado los planes por irse de parranda con la reaparecida. El no le habla por teléfono y sólo envía mensajes. La dejó plantada en un lugar a dos horas de la Cd. de México al que habían quedado de ir, él quedó de alcanzarla después de una comida de negocios y simplemente,no llegó. Lleva un par de semanas en una borrachera total, supongo que son la dichosa amiga, y a ella la ha tratado mal.

En fin. Todo este preámbulo para llegar a este punto. Hace poco más de una semana ella, finalmente, le puso un "hasta aquí". Le dijo algo así como no te quiero ver mañana porque no soy un peón de tu tablero de ajedrez....y és se ofendió. La borró de su Chat de BB y no la volvió a buscar. Ella, por primera vez, dejó de buscarlo. Me pareció muy valiente de su parte no hacerlo. Su terapeuta le sugirió que le buscara para dar por cerrado el asunto como ella se lo merecía, lo buscó y el asunto resultó como historia de terror.

Ya la había borrado de su Chat, ahí fué cuando ella se dio cuenta. Le pidió reestablecer el contacto, lo hicieron. Resulta que él estaba de trabajo en Acapulco y no podía hablar. No sé qué mensajes se habrán enviado, pero a ella le sentaron fatal. Lo único que sé es que él le pidió que le hablara un día en la noche, ella lo hizo, y para variar, él no le tomó la llamada. "Estoy en una junta de trabajo"...¿en Acapulco a las 10 de la noche?(Aquí me guardo la sonrisa, pues si es francamente de un cinismo que no tiene límite).

Al día siguiente ella le buscó de nuevo. No sé que le habrá puesto, supongo que en su estilo conciliador que hablaran para aclarar las cosas y quedar bien o algo así. En fin, el caso es que yo la vi a ella ese día en la noche y estaba como energúmeno, lo cual, confieso, me dio gusto. Ya era hora de que sintiera coraje por la situación y no sólo tristeza. Resulta que el jovencito (pues como llamas a un hombre de cuarenta años que se comporta así?) le había enseñado a su reaparecida amiga todo lo que ella le había enviado y se estaba burlando (la reaparecida) de ello en su cuenta de Twitter!!!

Por fin algo le había picado la cresta! A mi también me pareció de un poco sensible y poco hombre...pero bueno, no se trata de mi, sino de ella. Ella lo borró de su BBChat...y él le escribió un mensaje preguntándole que por qué lo había borrado!!!! Bueno, ¿no sabrá por qué? Después le escribió que estaba pasando por un pésimo momento en su vida o algo así, y que no la quería lastimar más y que la quería. ¡Qué cojones de este hombre!

En un acto valiente, considerando las circunstancias y el amor que ella le tiene, decidió también darle "unfollow" en Twitter y desconectarlo de su FAcebook.

Escribo esto y me da risa, no la situación de ella, sino el hecho. Qué estamos viviendo hoy que estos actos se convierten en toda una aseveración de la situación? "Le dió unfollow" se convierte en un hecho MUY significativo en estos casos. Tan es así, que el hombrecito en cuestión, se ofendió y puso en su Twitter que había gente inmadura, rencorosa y no sé qué mas. ¿Acaso no había hecho él eso ya antes?

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En fin. Espero, como decía, que poner a circular esta historia sirva para sacarla del corazón y el ostracismo de mi amiga. Creo que muchas mujeres la podemos entender.

A mi, por lo pronto, me surgen muchas dudas y preguntas. ¿En qué momento las mujeres dejamos que nos atropellen de esa manera y por amor aguantamos? Esto ya se lo dije a ella, así que no se ofenderá cuando lo lea.

Sé que él la quiere. Sería un idiota si no quisiera a una mujer como ella, que además de todo lo que les conté, es increíblemente cariñosa y tiene una disposición que pocas mujeres tendrían para ser autocrítica y para encontrar soluciones a la peor de las situaciones. Pero ¿qué le pasa? He escuchado últimamente, y leído en las noticias inclusive, que muchos hombres dan por terminadas las relaciones a través de mensajitos de texto, twitter y facebook!! ¿Qué es eso? Seguramente estoy chapada a la antigua, pero a mi me gusta que me den la cara (aunque ya les he contado que no siempre he tenido esa suerte) y me demuestren que son hombres, no hombrecitos.

Me sorprende, por otro lado, la poca autocrítica de este fulano. Còmo puede ofenderse porque ella decide cuidarse? Esperaba acaso que ella siguiera aguantando sus desaires y los mensajes que nunca llegan? Yo estaría absolutamente paranoica pensando que todo lo que le escribo se lo va a enseñar a su amiga del alma. Mejor me abstendría de escribir cualquier cosa.

En fin. No sé que va a seguir en su historia. Posiblemente la busque, posiblemente no. Espero que ella no lo haga, por su propio corazón y por el cariño que le tengo. Si él quiere volver con ella, tendrá que cambiar tantas cosas y demostrarle que verdaderamente la ama...pero bueno. No quiero ser fatalista y me reservo mi opinión. Ella ya la sabe.

No hay historias correctas ni perfectas. Lo sé. Cada historia tiene una razón de ser y las personas se encuentran por razones que muchas veces ni nosotros entendemos. Como dice ella "se econtraron porque algo vienen a aprender juntos a esta vida". (A veces quisiera tener su filosofía. Creo que por eso nos queremos tanto, porque somos tan diferentes.)

Bueno, con esto me despido. Es la entrada mas larga que he escrito y que creo que escribiré. Espero que le ayude en algo. Merece ser feliz y encontrar a un HOMBRE que verdaderamente la quiera y la valore.

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Final de la historia. (20 de agosto). Ya lo decía yo. La historia acabó mal. Este hombre, claramente con problemas emocionales, le envió un mensaje a mi amiga en donde la acusa de "acosadora". Confieso que ante el enojo de mi amiga, no pude parar de reir. Le podrán decir mil cosas a esta mujer, menos eso. Pues el paranóico ser dice que ella lo investiga, "cuestiona a la servidumbre en su casa", investiga sobre su terapeuta a través de amigos comunes, en fin. Supongo que si se tomara la molestia de preguntar cómo suceden las cosas antes de lanzarse a conclusiones se reiría de ellas, pero por lo visto no. El día que se verían para por lo menos despedirse de manera decente, término que por lo visto él desconoce, le envío un mensaje: "No te quiero volver a ver. Deja de preguntar sobre mi, investigarme y acosarme. Por fa, por fa, por fa, sácame de tu vida."

Bueno, esto es para reírse. Si me lo cuentan hubiera pensado que era un adolescente de 18 años el que escribió esto, no un "hombre" de más de 40 años. En fin. Sé por una amiga en común que el tipo este sigue viendo a su "mejor amiga" y que se la han pasado en una borrachera continua desde que ella apareció, además de metiéndose otras sustancias que acompañan al alcohol y los reventones. Por mi amiga, a pesar de su dolor, me da mucho gusto. Se merece a un hombre que se desviva por ella, no a un enano mental, adicto al abuso y al maltrato, lleno de secretos que no esté dispusto a amarla.

Así son estas cosas.

lunes, 9 de agosto de 2010

Me enferman las Bugas de clóset

Soy una mujer absolutamente respetuosa de las preferencias sexuales de las personas. Sinceramente, creo en el dicho: mientras el amor sea puro, no importa el sexo. Es la mera verdad.

Lo que si no soporto es la hipocresía y las dobles caras. Me explico.

Hace algunas semanas mi exgalán me presentó a una de sus mejores amigas. Por ponerle un nombre le diré Hypókryta (no lo tomen a mal: hipócrita es una persona que finge sentimientos que no tiene y que expresa ideales en los que no cree. Viene del verbo hupokrynein que quiere decir actuar, pretender o exagerar, propia del teatro griego y sus actores).

Pues resulta que Hypo es gay. Y me sale una risa sarcástica al escribirlo. Por supuesto que no es. Tiene tal enojo consigo misma como mujer, con lo que es y con su físico, que prefiere jugar con ello. No es fea, digamos que no asusta. Es inteligente. Tiene un sentido del humor entre negro y sarcástico. Usa playeras aguadas, no usa tacones y por supuesto, no se arregla. Le gusta burlarse de los hombres, de las mujeres femeninas (por supuesto, yo lo caí en la punta del hígado, y no es que sea la feminidad andando, pero me gusta sentirme mujer y presumirlo).

La pobre, que ya no es tan niña pues tiene más de 30 años, está enojada con la vida. Proviene de una adinerada familia mexicana y vive en Bosques de las Lomas. Estudió en el Colegio Vistahermosa y tuvo una pulida y refinada educación religiosa. Estudió en la Ibero Comunicación. Le gusta vestirse pandrosa, pues es una manera de "negar sus orígenes" y hace gala de su homosexualidad cada vez que puede. Tengo muchos amigos gays, hombres y mujeres, y desde que los conozco, jamás han tenido la necesidad de reafirmar su homosexualidad. Simplemente la viven y la disfrutan. Son, no tienen que demostrarlo.




Pues esta criatura está en la faceta en que tiene que seguirlo reafirmando....claramente, porque no lo es. No soy psicóloga, pero algo entiendo del comportamiento humano, y es evidente que tiene un pleito gigante con su padre, al que escandaliza haciéndose tatuajes, vistiéndose justamente como él no quisiera, negando su religión (pero como es buena onda le acompaña a misa...), metiéndose todo tipo de drogas y jugando a que es gay.

Hypo está enamorada de mi exgalán. El, por supuesto, lo niega, pero desde que reapareció en el firmamento, ha estado con ella. No se dejan ni a sol ni a sombra. Bueno, hizo hasta lo impensable, dejar a sus críos con la abuela con tal de irse de parranda con ella. (Si perciben un dejo de celos, es absolutamente real, me dieron celos. Si, también tengo mis inseguridades, no crean que no.)

Finge por doble vía: actúa pretendiendo ser cuate de los hombres. Habla con ellos diciendo frases típicas de las letrinas tales como "me vale verga", se "empeda" a pico de botella y dice (o me dijo) "voy a hacer quedar como puto al marica de tu novio la próxima vez que salga y le presente a la vieja más buena del lugar" (supongo que era un intento de chiste). Finge ser cuate del hombre del que lleva muchos años enamorada. Pobre. Debe ser difícil.

El punto interesante es que, como dicen en la comunidad gay, Hypo se alesbianó: se cogió a mi ex una noche que se fueron de farra. Después de tantos años de aguantarse las ganas, ya le tocaba un poco de justicia.

Lo gracioso del asunto será, que cuando decida salir del clóset, lo hará reconociendo que siempre fue Buga y que su faceta lésbica era en realidad una moda y una manera de confrontar a sus papás.

Como dicen por ahí, que cada quién haga de su vida un papalote.




miércoles, 16 de junio de 2010

Los cambios hormonales

No me está gustando nada, y tengo que investigarlo. No quiero empezar a consumir pastillas, hormonas y cosas por el estilo, pero evidentemente mi cuerpo está empezando a tener cambios que antes no me imaginaba.

Descubrí en mi cuello un....¡pelito negro! Casi me desmayo del susto, del ataque y de la tristeza. ¿Qué se hace en estos casos?

Necesito investigar. La verdad es que a pesar de que siempre lo he sabido, no me he tomado la molestia de investigar -yo que todo lo curioseo y analizo- qué le está pasando a mi cuerpo desde que cumplí 4o año. Están acercándose los cambios hormonales a toda velocidad y veo con terror (si, lo confieso) que se acerca la palabra prohibida: menopausia. Se acerca no porque tenga síntoma, sino porque después de las cuatro décadas estoy más cerca de ella que lejos.

Bueno, necesitaba hacer catarsis sobre esa aparición en mi cuello y todas las cosas que ello implica. Investigaré y regresaré a conversar.

PD. Por cierto, voy a categorizar esta publicación también en "Duendes y monstruos...." que así sentí esa intrusiva aparición...


sábado, 15 de mayo de 2010

¿En Horny Match?


No los entiendo. ¿Qué haces si te das cuenta de que el hombre que te gusta y con quien supuestamente se está dando una relación sigue promoviéndose en match.com... y no sólo eso... tiene amigas en un sitio para golfitas adolescentes?

No soy una santa. Creo que a nadie le queda la menor duda, pero esto me parece demasiado. Me doy cuenta de que soy liberal, pero no a este punto. ¿Que el hombre que me propone hacer planes juntos quiera también hacer planecitos con mocosas calientes? Es demasiado para mi.

Lo peor de todo es que ni siquiera me enteré por mi. No estoy en ese sitio de ligues adultos -que por cierto, conozco un par de casos que han funcionado bastante bien. Me enteré por una amiga que conoció al galán en cuestión y que si está inscrita en el sitio... y se lo encontró en plena autopromoción. Lo contactó, el respondió y ya no siguió -ella- con el tema. El asunto es que él está disponible mientras me baja las estrellas.

Del sitio de lolitas, me enteré por el hijo de otra amiga que le comentó a mi sobrina que se encontró al galán de su tía coqueteando (la palabra exacta fue puteando) en el sitio.

Tal vez debería darle otro enfoque al asunto. Soy tan atractiva que le gusto a los hombres tanto como las mocosas que promueven en internet sus atributos naturales y otros no tanto y sin necesidad de abrir una cuenta en los sitios de ligue para que me observen como ganado, logro conquistar miradas y corazones.

En fin. Sigo sin entender esta afición masculina por la pornografía y el gusto por participar en sitios con adolescentes que promueven y enseñan sus tetas y nalgas por internet sin el menor recato.

Por supuesto, este señorcito ya fue borrado de mi lista, mi teléfono y mi Blackberry chat.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Comodidad para este verano 2010

Me gusta el estilo desenfadado y casual con que nos podemos vestir en este verano.



Estos modelos nos vienen bien a las mujeres que tenemos cuarenta y más.

¿Qué opinan?

domingo, 18 de abril de 2010

Qué agobio

Hay hombres que son, francamente, agobiantes.

Reapareció en mi vida un enamorado de hace más de 25 años. Es más, me conoció cuando yo tenía 16 años y fue mi amor platónico muchos años después. Siempre supe que le había gustado y él a mi, pero nunca pasó nada más allá de unos besos.

El se casó. Era, supongo que sigue siendo, un hombre brillante. Erudito doctor de la Complutense en Madrid, autor desde muy joven de cientos de artículos y libros. Genial. Mente ágil, cuerpo no; siempre fue más bien regordete y amante del buen comer. Por supuesto, enemigo del ejercicio; eso era para gente superficial y tonta.

Se casó con la novia de la universidad y le perdí la pista.

Pues hace un par de semanas este sujeto reapareció en mi vida gracias a internet. Supongo que me "googleó" y dio conmigo. Me envió un correo al que respondí con mucho gusto. Todos estos años quedó como la sombre de un amor de mi adolescencia que fue eso, un amor de escuincla.

Pues él señor decidió que era hora de "recuperar el terreno perdido" cual conquistador y se lanzó durante 4 días a atosigarme con correos electrónicos y mensajes de celular (he odiado los celulares en los últimos tiempos). El decidió que este reencuentro era una señal de que tenía que tener más hijos conmigo (se divorció de su primera mujer con quien tuvo 4 y vivió 5 años con otra de la que se separó hace un año). Vive fuera de mi ciudad, así que aprovechó una cita de negocios que tenía por aquí y decidió que me venía a ver.

En un principio la posibilidad me entusiasmó. La cuestión es que conforme fueron pasando los días y su ondanada de mensajes se empezó a acumular en mi bandeja de entrada, a saturar mi celular y a hacer que sonara el blip de que había entrado un mensajito a mi teléfono me empecé a poner de mal humor.

Sin reparo alguno me dijo que quería que fueramos a cenar para después irnos a la cama. ¿Pero quién le dijo que yo quería encamarme con él? Empezó a llamar a todas horas y a decirme que le pintara los cuernos a mi pareja, que a él no le importaba que yo estuviera con otro hombre. Santo cielo, pero teníamos más de veinte años de no vernos.

Se acercó el día en que vendría acá y que cenaríamos y a mi se me fueron todas las ganas de estar en una cena con él. Preví que tendría que estar lidiando con un pulpo, no sé si físico pero si verbal, y no estaba de humor. Le propuse cambiar la cena por un encuentro más temprano y se ofendió, diciendo que mejor lo dejásemos para otro día cuando yo estuviera menos ocupada.

Bueno. Pues lo dí por cancelado y seguí trabajando y enfrascada en mis actividades. Pues el asunto no paró ahí... no dejó de enviarme mensajes y de marcarme en todo el día. A la hora de la comida, estando yo con otras personas, mi teléfono no paró de sonar. Al principio no lo escuché pues estaba en mi bolso, pero cuando me di cuenta que lo que sonaba era mi celular y que había a esa hora por lo menos doce llamadas suyas y otros tantos mensajes, me puse de francamente, de un genio endemoniado.

"¿Por qué no me contestas? ¿Ya no quieres saber nada de mi? Rescatemos la tarde. Abre la comunicación. Veámonos en el restorán que habías propuesto o en algún otro. Anda" Qué cosa más agobiante.

El día concluyó con un mensaje en el que me decía que era una autoritaria y que lamentaba mucho haberme incomodado. Simplemente respondí que ojalá que nos pudiésemos ver otro día de una manera más amigable.

Posiblemente debí reírme y verlo, pero no estuve de vena. Me pareció intrusivo. No le importó en ningún momento saber si yo me sentía bien o tenía algún plan, si sus llamadas a todas horas eran inoportunas o me generarían alguna situación extraña con alguien (léase mi ex), si yo quería estar recibiendo esos mensajes. En alguno que me envió decía que me iba a saturar de mensajes hasta que yo lo quisiera de nuevo; mi respuesta fue que si no quería quedarse sin interlocución que le bajara a su intensidad. No le importó.

En fin. Creo que se enojó. Regresó a su norteña ciudad muy digno y seguramente odiándome un poco. Supongo que su ego está maltrecho. Lamento mucho haberlo golpeado de esa manera.

Por cierto, el "doctor" tiene más de cincuenta años. Como ven, este tipo de comportamientos no tiene edad. Se puede ser un genio intelectual y un troglodita emocional.

jueves, 15 de abril de 2010

Duró 45 días


Una de las relaciones más efímeras que he tenido. Nadie comprende su profunidad, ni yo misma. Todo fue tan rápido, tan intenso, tan profundo. Tan nuestro.

Empezó una noche de encuentro casual a través de unos amigos. No fue esperado. El no lo esperaba, ciertamente yo tampoco. Su vida, la mía. Su historia y la mía parecían estar destinadas a coincidir. Coincidieron.

Nos faltó tiempo para continuar la conversación, para que nuestros cuerpos se pudieran seguir descubriendo y deseando y para que nuestras circunstancias aprendieran a convivir.

Ambos divorciados, él con hijos, yo no. Su exesposa presente, mi exmarido...con su nuevo encuentro e inexistente. Aparente aceptación de nuestro pasado y de nuestra realidad.

¿Qué fue lo que no vi? No lo sé. Por vez primera me aventé a nadar sin chaleco salvavidas y sin tener la certeza de saber la existencia de un puerto seguro en el trayecto. Me gustó. Sentí vértigo, emoción, ganas en cada encuentro. El también.

Me declaró su amor al poco tiempo. Supe que era cierto. Yo también a él. Por supuesto, los apologistas del desencanto insistían en que esto no era otra cosa mas que un enamoramiento pasajero y que habría que esperar 6 meses, como indica la teoría sobre el desarrollo de las parejas y los plazos a meses sin intereses, para conocer el desenlace final de este idilio.

No fue necesario esperar tanto tiempo. Una noche de amor, pues no fue pasión, fue AMOR, me hizo la más hermosa promesa de amor que alguien me ha hecho en la vida. La creí. La sentí. La acepté y fue recíproco, pues yo también correspondí.

Un día después....simplemente me envió un mensaje por el celular con una frase lapidaria.

No lo he vuelto a ver ni a hablar con él.

No sé qué pasó.

No me lo dijo de frente.

¿Con quién conviví todo este tiempo? ¿Qué fue realidad y qué fue mentira? ¿Algo fue cierto en este período?

No entiendo absolutamente nada.

Me duele saber que quedará como una historia más. Me enamoré. Eso no me pasa facilmente. Por primera vez no levanté las defensas que siempre me acompañan y perdí.

No sé si voy a volver a intentarlo. Hoy no.


lunes, 22 de marzo de 2010

No sé qué escribir hoy, ¿qué se hace en estos casos?


Se supone que uno debe tener algo que decir siempre, pero veo con sorpresa que hace muchos días que no escribo nada y que tampoco tengo mucho que decir hoy. Estoy cansada, desvelada, ansiosa por empezar una semana en la que habré de cerrar contratos (eso espero) y en la que un par de negocios se definirán.

Tampoco estoy de ánimo particularmente animoso. Me libré de un fuerte catarro la semana pasada, pero sigo sintiendo el cuerpo cortado y todo me duele un poco. La cabeza me duele.

Estoy tratando de dormir lo más que puedo, pero definitivamente, no es suficiente. Las desveladas han sido mitad de trabajo y mitad de diversión. Debería ser un poco más estricta conmigo misma al respecto, pero no puedo...y tampoco quiero. Vida hay una, y se va tan rápido, que no quiero desperdiciar un instanto sin hacer todo lo que quiero: leer, visitar a las personas que me gustan y quiero en mi vida, compartir momentos con gente adorable, en fin, que la vida a veces se me va entre las manos. Así lo he sentido ahora.

¿El amor? Pues también revolotea en mi cabeza..."parlez moi d'amour", pero ese será tema para otra ocasión.

Bueno, ya cumplí mi cometido hoy, no irme a dormir sin escribir aquí, aunque no tenga algo que decir.

jueves, 4 de marzo de 2010

Dios bendiga a Demi Moore


Por supuesto, que Dios bendiga a Demi Moore por atreverse a hacer algo que a las mujeres se nos ha negado mucho tiempo: tener parejas más jóvenes. Claro, que si yo fuera ella, con Ashton Kutcher también me hubiera apuntado.

Siempre me he preguntado por qué la sociedad ve con buenos ojos que un hombre de cuarenta salga con niñas de veinte años. Entiendo perfectamente bien lo que les gusta a ellos: las carnes duras, la energía y la vitalidad. También entiendo que las mujeres de cuarenta y pico podamos parecerles menos atractivas (no entienden de lo que se pierden) pero no deja de parecerme nefasto. Ahora bien, hay que reconocer que muchas mujeres a nuestra edad llegan habiendo decidido años antes que eran viejas y feas y eso es lo que proyectan. No reflejan el menor gusto por la vida ni ganas, o al menos un dejo de interés, por sentirse atractivas. Cuesta trabajo, lo sé, sé perfectamente bien de lo que estoy hablando y del desafío de redescubrir nuestra belleza a esta edad. No es, sin embargo, imposible y ese es el reto.

Bueno, volviendo a Demi y su glorioso marido, el hecho de que ella se atreviera no sólo a salir sino a casarse con un hombre muchos años menor que ella me parece un acto de valor indescriptible. ¡Es valiente la mujer, qué ni qué! Así como entiendo a los hombres que las prefieren más jóvenes, debo decir que también entiendo a las mujeres que los prefieren de menos años.

Seamos sinceras, y hombres, si tienen un poco de sensatez, esto también les interesa. Los hombres a partir de los cuarenta entran en la etapa famosa crisis de la edad que se expresa persiguiendo jovencitas. Lo que no han descubierto aún, es que ello no necesariamente son atractivos. Si, hay unos cuarentones y cincuentos absolutamente apetitosos, pero hay muchos que se han abandonado a sí mismos, están barrigones y no se mantienen sanos. ¿Creen que a una mujer le resulta atractivo eso? Hay que decirlo también, hay mujeres a las que lo que les resulta atractiva es la cartera que estos señores pueden tener, pero no les atrae su humanidad.

A mi, en lo particular, me gustan los maduritos, pero reconozco que no son tan vitales como los más jóvenes que yo. Los cincuentones y de sus alrededores tienden a tomarse la vida muy en serio, lo cual no deja de resultar irónico pues es cuando su vida -y la nuestra- va en el trayecto final y posiblemente es cuando más deberíamos reírnos de todo. Son necios y llevan muchos años de hacer exactamente lo que les viene en gana y tienen prácticamente nula voluntad de hacer cambios en su vida para permitir que una mujer con historia y necesidades propias se sume a sus proyectos. Es más fácil "moldear" a una jovencita que negociar con una madurita.

Los hombres jóvenes nos inyectan energía. Se sienten bien saliendo con una mujer mayor (edipos aparte) y nos suben la autoestima ¿o no? El saber que un hombre joven que podría estar con una mujer de su edad o menor prefiere nuestra experiencia y aplomo y ni que decir de nuestra particular belleza.....¡es v i v i f i c a n t e!

Por eso, "Dios bendiga a Demi Moore".


miércoles, 17 de febrero de 2010

No me gusta pedirle a mi hombre su bolso

Lo confieso, la moda actual para los hombres no me gusta. Este modelito de Ungaro para primavera-verano 2010 me parece horrible. No me imagino teniendo que pedirle su bolso a mi hombre o enojada porque tomó mi chaleco.

Me gustan los metrosexuales que se arreglan, pero no me gusta esperar a un hombre que tarda más en arreglarse que yo o que se moleste porque le quieto "algo" y lo tiene que doblar para que no se arrugue. No a estas alturas de mi vida.

Puede que esta propuesta de Dior me guste un poco, sólo un poco, más:


Issey Miyake sería a quien le pediría algo para una salida dominical, pero aún así, sigue faltando virilidad en las pasarelas para mi gusto.


Seré muy tradicional, pero este modelito si me gusta y creo que va más allá de la pasarela primavera-verano de este año...

lunes, 15 de febrero de 2010

Momentos para recordar...

Este 14 de febrero recordé otros inolvidables "14"que he vivido a lo largo de mis cuarenta y pico años:

1. Cuando mi primer novio me regaló un disco de Barry Manilow el 14 de febrero.
2. El día que otro novio me dijo adiós en esa memorable fecha.
3. Un 14 de febrero que lo pasé entre las sábanas con...
4. Otro festejo con amigas en Marsella.
5. El Día del Amor que encontré que mi querido exmarido le estaba enviando tarjetas postales virtuales con mensajes eróticos a sus "no amigas" (por si no sabían, él dejó a todas sus amigas cuando nos casamos. Yo no se lo pedí, él lo hizo "en un acto de amor").
6. El Día de San Valentín que mi casa se llenó de arreglos de rosas y al novio en turno le dio un ataque de celos pues no eran suyas.

....y éste, en que el hombre que me besó el cuello hace un par de días me llamó y me invitó a comer....

sábado, 13 de febrero de 2010

Simplemente dijo " Adiós"


No es guapo, nada. Su mirada no tiene nada de particular, no es alto, sus facciones son completamente normales. Viste bien, punto. Usa Acqua di Gío, que debo decirlo, me excita.

Es la tercera vez que lo veo. Sé que él me ha visto más veces, seguramente pregunta sobre mi. Disimula al verme, pero he sentido cómo recorre mi cuerpo milímetro a milímetro, se detiene en mis senos, sé que desea tocarlos, tal vez besarlos; imagina sus manos en mi cadera y quiere lamerme el cuello. Lo sé. Siento su mirada acariciando mis pantorrillas.
________________

Rozó mi brazo con sus dedos, pareció casual. Mientras saludaba a mi amigo, suavemente pasó su mano junto a mi. Fingió pedir una disculpa, pero me dijo en silencio que hubiera querido hacer algo más que eso. Mi acompañante no se dio cuenta de nada; creo que eso lo excitó, saber que deseaba a la mujer de su prójimo y que éste nos hubiera presentado. A mi también. La cena avanzó sin contratiempos, con miradas furtivas y humedad. Mucha humedad.

Caminé al baño cuando me di cuenta de que empezaba a despedirse. Casualmente me siguió. Lo sentí, lo supe. Reduje la velocidad de mis pasos hasta que pude sentir su fragancia detrás de mi. Salió alguien de la puerta del pasillo, nos vió. El se acercó, con la mano derecha acarició mi cintura, siguió su recorrido hasta mi vientre y me atrajo hacia él. Con la palma de la mano izquierda acarició mi cuello y con el dorso de la misma removió mi cabello hacia el lado derecho. Sentí sus labios en mi cuello. Me besó, apenas sentí la superficie de los labios y la punta de su lengua. Simplemente dijo "adiós".

lunes, 8 de febrero de 2010

Qué brutas somos a veces

Me lo digo con tanta frecuencia que a veces pienso que no somos brutas "a veces" sino más seguido de lo que quisiera. Veo a mujeres de mi edad, amigas y no, pasando por situaciones dignas de una historia de terror y parecen recuentos cotidianos de Edgar Allan Poe.

Me contaban la historia de una conocida a la que el marido golpeaba, la dejó porque "ella lo obligó" a irse con otra, la dejó con tres hijos y por supuesto no la ayuda con absolutamente nada. No deja de sorprenderme, además, la facilidad con la que las buenas conciencias en esta hipócrita sociedad voltean la cara para ver hacia otro lado. ¿Cómo juzgar a perengano, que es tan decente y tan guapo? ¿Ayudarla a ella? El se puede molestar y no es asunto nuestro.

Es curioso como esta sociedad se hace autolavados de conciencia y piensa que la violencia en casa es asunto "de la gente sin educación". Pues esta linda pareja de la que les hablo ha ido a las mejores escuelas en este país, el angelito guapo y bien educado tiene una maestría en Harvard y sus hijos van al Colegio Irlandés de la Ciudad de México. No se pierden ni él ni su esposa una misa los domingos y educan a sus "peques" en esas buenas costumbres. Ella, como toda niña linda y bien portada, estudió en el Miraflores. Quiso estudiar y "tener carrera", fue a la Anáhuac (del Norte por supuesto, "la del sur" no es igual, al menos eso dice) y dejó todo por cuidar a sus hijos y convertirse en la esposa perfecta. Pues el marido perfecto la golpeaba, cual custodio profesional, pues no le dejaba huella visibles en la cara, sólo en las partes tapaditas de su cuerpo. Si sus amigos en la revista Quién y Hola mexicana supieran que la violencia que tanto les asusta y "sólo le pasa a los nacos que no tienen educación" la viven muchos de sus sonrientes amigos y amigas, no darían crédito.

A mi no me dejan hacer nada. Ya sé que no debo meterme en donde nadie me llama y esta chava ni siquiera es mi amiga. A mi nunca me parecieron la pareja perfecta y siempre supe que detrás de esos perfectos bronceados adquiridos en Acapulco y esquiando en Vail, se escondían secretos de familia inconfesables. Le hice llegar los datos de una persona que la puede ayudar, claro, si ella quiere. Ojalá que le llame.

¿Por qué tenemos que vivir infiernos para darnos cuenta de que existen y que tenemos la opción de no vivirlos?

sábado, 6 de febrero de 2010

Me gusta estar a la moda

Ni modo. Si me dicen superficial, lo acepto. Lo soy. Me gusta estar a la moda y vestirme bien, por dentro y por fuera. No soporto a las mujeres fachosas y despeinadas. Si, también pueden acusarme de prejuiciosa. La vida es corta, al igual que la belleza y la juventud. Mientras esté de buen ver, véanme. Ya tendré tiempo de cubrir lo que no sea digno de ver en unos años y de esconder mis huesos en la tierra durante la eternidad.

Iba a decir una mentira, que no me importa si lo que me pongo es de marca o no. Mentira y mentira. Me gusta la ropa de marca. Nada como sentir un vestido que se te pega al cuerpo, no se arruga ni tiene dobleces innecesarios y que cae como tiene que caer. Ni que decir cuando estás con otras mujeres y te ven con envidia. ¡Me encanta! Confieso que nada me halaga más que otra mujer me vea de arriba a abajo y sus ojos traten de mantener una mirada indiferente.... Lo disfruto. Si me fascina despertar envidia. Está mal que lo diga, me gusta ser envidiada.

(Este modelito de la temporada invierno 2009 me fascina.
Es un look casual chick original.
A las cuarentonas nos queda bien.
Por favor, si no tienes buen cuerpo, no lo intentes.
Busca algo que le quede a tu figura.)


Además de vanidosa soy ególatra y presumida. Me tienen que conocer. Tal vez hasta lleguen a quererme, no soy tan odiosa ni tan evidentemente materialista. Es más, hasta tengo una faceta espiritual, aunque no lo crean. Dicen que soy poco modesta. ¿Creen que tengan razón?

¿No me van a decir que estos tatuajes de Chanel
no se ven maravillosos para la temporada que viene?
Si tienes buenas piernas, presúmelas con esto. Verás
que ni hombres ni mujeres te dejarán de ver.
En la muñeca se ven de lo más sexy.


Hay que decirlo. El arreglo de una mujer dice mucho de ella. ¿En quién confías más, en una persona cochina y que no tiene el menor gusto para vestir que en una que está impecablemente vestida y además tiene cosas de calidad? Tal vez esté exagerando un poco, lo reconozco. Hay personas MUY poco confiables que se visten bien. (También me regaño a mi misma, no crean que no.) Para muestra.... ya les contaré otro día.

Creo que la vida hay que disfrutarla, y la ropa es algo disfrutable. En resumen, me gusta verme bien, vestirme bien y usar cosas buenas. Si, las prefiero de marca, pero tampoco me muero si no lo son.

Vestirse es como jugar. ¿De niñas no les gustaba ponerse los zapatos de su mamá o de sus primas? Tal vez yo lo disfrutaba más porque mis tías eran unas señoras elegantes y coquetas. Al ser la mayor en casa tenía esa alternativa como única opción. Mi madre era exigente con sus cosas y no dejaba que me probara nada porque se lo echaba a perder. Claro, cuando no se daba cuenta y con la complicidad de la nana, me ponía todo lo que encontraba en el camino. Si alguna vez se dio cuenta, lo disimuló muy bien. Sospecho que se reía en silencio y en el fondo -seguramente- ella era la que me engañaba a mí al hacerme creer que no se daba cuenta. Ven, no soy como soy de la nada. Ella me enseñó mucho.

¿Y qué me dicen de este modelito primavera 2010 Dolce&Gabanna?
Ese collarcito se me antoja y el rosa con la piel bronceada, para
arrancar miraditas lujuriosas.


Dicen que las mujeres nunca tenemos suficiente ropa.... y ¡es cierto! La mujer que diga lo contrario es falsa. Nos gusta estrenar y tener ropa a montones para escoger. ¿Hay alguna mujer a la que no le gusten los zapatos? A mi ex le molestaba que tuviera un closet exclusivamente para ellos. Si, confieso que son mi debilidad y que mis favoritos son los de tacones. A veces exagero pues siendo alta, no los necesito mucho, pero me siento fenomenal con ellos. Mi tía Josefa decía que desde niña me estaba preparando para ser "profesional de la calle". Por supuesto, a ella jamás le pedí ropa prestada, ¡era monja! Supongo que hasta que murió rezó porque me bajara de esos tacones "que me llevaban por tan malos pasos".


¿No están brutas? Me fascinaron.
Sandalias para los próximos meses.
Ya sé en qué parte de mi clóset las
voy a poner.

viernes, 5 de febrero de 2010

Sobre el anonimato

Empiezo a encontrar fascinante este asunto de escribir aquí. Con razón me insistía tanto mi amiga bloguera. ¿A nuestra edad? ¿Es cosa de jóvenes, no?

Pues insistió, debo decir que llegó a fastidiarme (también te lo dije a tí, así que no creo que te sorprenda leer esto), e insistió, e insistió. Siguió insistiendo hasta que un día me contó algo que sabía que ella no contaría y decidí aventurarme aquí.

No sé qué dirían un psicólogo o un psiquiatra, seguramente les parecería una Sybil del siglo veintiuno, pero la idea de imaginarme, inventarme, escribir y reescribir mis historias y fantasías desde mi yo virtual, me está seduciendo. Soy la que soy y también todo lo que puedo ser. Si la vida es sueño y los sueños realidad, ¿qué mas da? Basta con que lo piense, lo imagine, lo transforme y lo escriba para que exista.

Caramba, ¿sería una locura decir que me está excitando el simple hecho de imaginar todo lo que puede pasar? Me siento observadora del mundo y me emociona sentirme observada. ¿Me estás viendo sin que me de cuenta? ¿Qué te gustaría que hiciera?

No les gustó mi descripción de la escena amorosa en el balcón

Tenía entendido que en mi propio blog podía hablar de lo que quisiera sin censura. Dos personas que saben que lo estoy escribiendo me censuraron ayer: ¿Para qué escribes esta pornografía? Mmmm, me sentí en la Santa Inquisición. ¿Será que les dio envidia no haber vivido algo así jamás en su vida? ¿Se les habrá antojado? ¿Nunca tuvieron un novio con quien disfrutaran el sexo sin límites?
Creo que lo que me dijeron habla más de ellas que de mi. Lo siento mucho, seguramente se enojarán al leer esto, pero es MI bitácora. Si no la quieren leer, no la lean. Si se les sube la temperatura, busquen a un hombre o a una mujer con quien desahogarse, o de perdida, mastúrbense.
Mi trabajo me ha llevado llegar a este punto en mi vida, validando mi propia historia, para que vengan los censores y las censoras (qué presidencial soné) a decirme que no puedo contar ni narrar escenas eróticas. Espero que no se asusten cuando les cuente cómo hice el amor en una carretera, y no en un paradero, sino con el coche andando y con el conductor....
Foto de amazonaws.

Me gusta la soledad


Se que no toda la gente disfruta la soledad. ¿Seré un ser extraño de otro planeta? Confieso que esto no tiene nada que ver con la edad, es algo que desde pequeña recuerdo. Nunca he tenido problemas con ella: de hecho, la disfruto.

No entiendo a las personas que necesitan a toda costa estar rodeadas de gente, les guste o no. Es evidente que no se soportan porque tienen que dialogar, hablar sin parar, no se callan nunca. ¿Escuchar? Evidentemente tampoco está en su repertorio de actividades, quieren ser escuchadas y tampoco les importa si les prestan mucha atención o no. El punto es no estar solas ni solos y echarle a alguien más encima sus pensamientos.

Les veo como generadores de basura, porque la basura no es sólo física, también es mental. Son personas a las que les gusta vaciarle su propia basura emocional y mental a otros, que sin poner límite alguno, reciben todo lo que les dan.

Definitivamente, estas personas no me gustan. Las evito cuando puedo. Uno de los placeres que he encontrado con el paso de las décadas es estar con quien quiero como quiero. Valoro mi tiempo y no quiero pasarlo con cualquier persona. Cuando estoy, estoy. Si no quiero estar, no estoy y tampoco doy excusas. ¡Es tan liberador no tener que estar dando explicaciones por una decisión así!

jueves, 4 de febrero de 2010

Hicimos el amor en el balcón


Cierro los ojos y puedo sentir perfectamente sus manos acariciando mis muslos debajo del vestido mientras se recargaba detrás de mi y nos asomábamos hacia la calle por el balcón. Qué hombre más sensual. Con sólo pensar en él sentía como mi cuerpo se humedecía. El sabor de su boca era indescriptible y besarlo mientras entraba en mi cuerpo me hacía sentir en las estrellas.

Ese domingo estábamos en su casa. Era una tarde relativamente luminosa, con el tráfico característico de ese día de la semana y nosotros teníamos pocas ganas de hacer otra cosa que no fuera estar cerca el uno del otro. Se acercó a mi por detrás y suavemente fue acariciando mi cuerpo hasta que sus manos llegaron a mis muslos. Si alguien nos veía de la calle, simplemente observaba a una pareja asomada al balcón, pero no podía imaginar que detrás del balcón nuestras ganas estaban fundiéndose.

Mientras sentía el peso de su cuerpo recargado en mi espalda y veía la calle y las altas palmeras que teníamos frente a nosotros, sus dedos jugaban con mi clítoris y con la humedad de mis labios vaginales. El calor subía por mis mejillas y sentía un hormigueo candente por todo mi cuerpo. Pegado a mis nalgas se encontraba ese duro y grande miembro que estaba dispuesto a entrar a mi cuerpo en cualquier momento. Nos gustaba jugar, hacernos llegar al límite, vernos la cara mientras estábamos a punto de explotar y rogar con los ojos que no paráramos hasta llegar al final...

El sabía que me controlaba con dos dedos, que yo le diría que si a lo que me pidiera con tal de que no se detuviera y me siguiera acariciando... y me penetrara. Yo no podía acariciarlo en esa posición, el juego lo dominaba él, y yo no era más que una muñeca moviéndose a su ritmo y a su tiempo. Qué excitación. Quería gritar de placer, jadear, y tenía que contenerme pues estábamos a plena luz del día asomados en la vía pública. El lo sabía y eso lo hacía disfrutar y excitarse más. Sabía que lo único que yo quería era sentirlo penetrándome por atrás, sentir ese pene deslizándose suavemente y a la vez con firmeza en mi cuerpo. Mientras sentía mis ganas de explotar, me besaba y decía cosas al oído, en frente de la gente.

En un punto le rogué que me embistiera, que se vaciara en mi, que me dejara sentirlo. Mis movimientos circulares, suaves y llenos de deseo acercaban mi cadera más, si es que ello era posible, a su cuerpo.

Se contuvo lo más que pudo, desabrochó la bragueta del pantalón, subió mi vestido hasta la cadera, bajó mis calzones y yo acabé de deshacerme de ellos con un pie y no acababa de bajarlo cuando lo sentí entrando en mi y acariciandome el chocho con más fuerza. Con un pequeño giro volteé mi cabeza para alcanzar su boca y besarlo mientras nuestro gemido revoloteaba entre nuestras lenguas.

Imagen:imageshack

miércoles, 3 de febrero de 2010

Mi exmarido ya le está viendo la cara a otra

No me gusta jugar el papel de víctima, de hecho, detesto a las personas que se hacen las víctimas de todo y de todos, especial y particularmente de sus parejas. Nunca me he considerado así, pero hay que confesarlo, el hecho conlleva un cierto saborcito agradable. La gente empatiza más contigo cuando te victimizas que cuando no.

Todo este preámbulo para decir que me acabo de enterar de que mi exmarido ya le está viendo la cara a otra mujer. Pobre, quisiera alertarla, pero lo único que ganaré será que me diga que soy una exesposa despechada y que él tiene razón. Me imagino perfectamente la historia que le contó: mi exmujer me dejó en la calle, era adicta al trabajo y de un egoísmo espantoso pues nunca pudimos compartir como pareja.

Resulta que al angelito, a quién llamaré Carlos, se le acabó el amor cuando terminó mi trabajo. Alguna amiga me preguntó, con su característico sarcasmo, que si no me extrañaba que él me hubiera vuelto a buscar cuando supo que yo trabajaba en donde trabajaba. Confieso que el reencuentro me pareció casualidad y disfruté mucho el hecho porque él se había convertido en todo lo que yo hubiera querido que fuera: amable, cariñoso, cachondo (ahora quería hacer el amor conmigo cada vez que se pudiera y antes la que se tenía que morder las uñas era yo) y no me pedía dinero. De hecho, cuando salíamos, pagaba.

Cuando nos casamos hicimos una fiesta espectacular. No fue lo que yo quería, debo decirlo, porque me parecía un desperdicio gastar eso cuando podía invertirse en comprar una casa. Me dijo que él lo pagaría. ¿Adivinen quién pagó? No les hago el cuento largo ni tedioso; "su socio lo transó" y para el día de la boda, no había pagado nada y la que había desembolsado todo era yo. El banquete quedó debiéndolo y le dejó las facturas de un Mercedes Benz al banquetero, en prenda (el meche, cabe decirlo, no era suyo). Un año después no había pagado nada y a quién fueron a cobrarle fue a mi.

Con el paso de los años, su negocio no mejoró, el socio jamás le pagó lo que supuestamente le debía y se fueron acumulando llamadas de acreedores a quienes él y su familia le debían dinero. ¿En qué me metí? En el momento no lo ví, o no quise verlo.

Me reclamaba que yo trabajara como loca, que tuviera muchos amigos, una chequera propia, en fin, que fuera como era. Ahora entiendo que lo que quería era administrar mi dinero, que trabajara para él y que lo mantuviera. Me pidió apoyo mientras su negocio despegaba, cosa que nunca sucedió. De hecho, una de las razones que dio para pedir que nos separáramos fue que yo no lo motivaba y que por mi culpa su negocio no había podido crecer ni se había desarrollado profesionalmente.

En fin. Hoy, dos años y medio después de haberme separado y uno y medio de divorciada empiezo a entender (discúlpenme, soy de lento aprendizaje) que yo no fui la responsable total de que esa relación no funcionara. Estaba predestinada a no funcionar cuando mi trabajo se acabara o yo decidiera dejarlo de mantener. Ambas cosas pasaron al mismo tiempo.

La mujer con la que vive, a quien llamaré Griselda, lo está manteniendo. Es una chava exitosa, trabajadora, hay quien dice que es guapa -a mi siempre me pareció fea, pero el dinero también es un gran embellecedor- hija de un famoso empresario en este país y que desde niña se enamoró de él. Su departamento en BelAir es el nuevo nidito de amor del hábil con quién viví.

Ya sé, debería importarme un carajo, pero me puedo en este momento. Para qué les digo que no, si si. No me sorprende, la última vez que lo ví hace meses me dijo que no tenía novia pues "no se reponía aún de nuestro divorcio" y que se sentía mal porque estaba usando a una mujer. Reconocía que no estaba bien (¡menos mal!) pero era por una buena causa: ella le ayudaba a pagar el trabajo filantrópico en el que él tan amorosa y desinteresadamente colaboraba: niños con discapacidad.

En fin. El problema de este gigoló no es que sea quien es, sino que habemos mujeres en el camino que los vemos como príncipes cuando en realidad son unos mendigos perfumados de Armani. Cuando alguien te cuenta que juega golf, tenis, que ha comido con la nobleza del mundo (eso me lo debe a mi) y parece cosmopolita, lo último que te imaginas es que esté de cacería acechando a la mujer que lo pueda mantener.

Ya les contaré en otra ocasión lo que aprendí de esto.


Dicen que la vida empieza a los cuarenta....¿será?

Dicen que la vida empieza a los cuarenta. Francamente, nunca lo sentí así, para mi los cuarenta fueron como un balde de agua helada en la cabeza. Los cumplí en mal estado de salud, estresada, con mi matrimonio sostenido por alfileres y con ganas de salir corriendo hacia cualquier lugar.

¿Mi vida empezó a esa edad? No lo creo. Hoy, tres -casi cuatro- años después veo que las cosas no han sido tan malas como las imaginé, pero me ha costado trabajo reconciliarme con la edad. Pienso en mi estado de ánimo al llegar a la tercera década de mi vida y la recuerdo totalmente diferente: me sentía bien, estaba guapa (debo confesarlo), iba al gimnasio diariamente y tenía un cuerpo que hasta a mi misma me excitaba, disfrutaba todo, estaba terminando uno de mis posgrados, había terminado hacía un par de años con una relación patética de la que había salido fortalecida, estaba a punto de irme a vivir sola y tenía muchos proyectos por delante.

A los cuarenta no tenía ganas de hacer nada. Quería que concluyera el trabajo en el que estaba pues el desgaste era francamente terrible, me sentía culpable porque pensaba que mi matrimonio se estaba yendo por la borda a causa de mi compulsividad laboral, mi cuerpo no era apetecible y mi marido me ayudaba a sentirme poco deseada. De hecho, mi cumpleaños cuarenta lo pasé triste, no recuerdo haber festejado nada y tampoco viene a mi mente el que mi ex hubiera tenido un detalle particular conmigo. De hecho, ese año él había tenido un accidente en el que casi me quedo viuda y cuando él se recupero a mi me dio un preinfarto.

Hoy, casi cuatro años después, mi vida ha tomado un giro que jamás imaginé. Estoy viviendo cosas que estaban fuera de mis planes (bien dicen por ahí que si quieres que Dios se ría tienes que contarle lo que tienes planeado hacer). Divorciada, sin hijos, cambiando el giro de mi vida, cerrando capítulos previos, con un cuerpo nada malo para mi edad, con canas, con nuevos miedos, con mayor fortaleza, inventando un nuevo camino.

¿Por qué cuento esto? No lo sé, hoy amanecí con ganas de contarle al mundo cómo vive una mujer de mi edad la vida, lo que piensa, lo que desea, lo que le duele, lo que añora, lo que teme, lo que la estremece. Cosa extraña, a mi que detesto contarle a las personas lo que pienso y siento, se me ha ocurrido abrir esta bitácora para contarle a los cuatro vientos esto. Veamos qué sucede.