sábado, 13 de febrero de 2010

Simplemente dijo " Adiós"


No es guapo, nada. Su mirada no tiene nada de particular, no es alto, sus facciones son completamente normales. Viste bien, punto. Usa Acqua di Gío, que debo decirlo, me excita.

Es la tercera vez que lo veo. Sé que él me ha visto más veces, seguramente pregunta sobre mi. Disimula al verme, pero he sentido cómo recorre mi cuerpo milímetro a milímetro, se detiene en mis senos, sé que desea tocarlos, tal vez besarlos; imagina sus manos en mi cadera y quiere lamerme el cuello. Lo sé. Siento su mirada acariciando mis pantorrillas.
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Rozó mi brazo con sus dedos, pareció casual. Mientras saludaba a mi amigo, suavemente pasó su mano junto a mi. Fingió pedir una disculpa, pero me dijo en silencio que hubiera querido hacer algo más que eso. Mi acompañante no se dio cuenta de nada; creo que eso lo excitó, saber que deseaba a la mujer de su prójimo y que éste nos hubiera presentado. A mi también. La cena avanzó sin contratiempos, con miradas furtivas y humedad. Mucha humedad.

Caminé al baño cuando me di cuenta de que empezaba a despedirse. Casualmente me siguió. Lo sentí, lo supe. Reduje la velocidad de mis pasos hasta que pude sentir su fragancia detrás de mi. Salió alguien de la puerta del pasillo, nos vió. El se acercó, con la mano derecha acarició mi cintura, siguió su recorrido hasta mi vientre y me atrajo hacia él. Con la palma de la mano izquierda acarició mi cuello y con el dorso de la misma removió mi cabello hacia el lado derecho. Sentí sus labios en mi cuello. Me besó, apenas sentí la superficie de los labios y la punta de su lengua. Simplemente dijo "adiós".

2 comentarios:

Marcelo dijo...

Algunas veces, afortunadamente, adíos quiere decir hola.
Un beso

Santi Balboa dijo...

Me gustan las expectativas creadas...por él