lunes, 22 de marzo de 2010

No sé qué escribir hoy, ¿qué se hace en estos casos?


Se supone que uno debe tener algo que decir siempre, pero veo con sorpresa que hace muchos días que no escribo nada y que tampoco tengo mucho que decir hoy. Estoy cansada, desvelada, ansiosa por empezar una semana en la que habré de cerrar contratos (eso espero) y en la que un par de negocios se definirán.

Tampoco estoy de ánimo particularmente animoso. Me libré de un fuerte catarro la semana pasada, pero sigo sintiendo el cuerpo cortado y todo me duele un poco. La cabeza me duele.

Estoy tratando de dormir lo más que puedo, pero definitivamente, no es suficiente. Las desveladas han sido mitad de trabajo y mitad de diversión. Debería ser un poco más estricta conmigo misma al respecto, pero no puedo...y tampoco quiero. Vida hay una, y se va tan rápido, que no quiero desperdiciar un instanto sin hacer todo lo que quiero: leer, visitar a las personas que me gustan y quiero en mi vida, compartir momentos con gente adorable, en fin, que la vida a veces se me va entre las manos. Así lo he sentido ahora.

¿El amor? Pues también revolotea en mi cabeza..."parlez moi d'amour", pero ese será tema para otra ocasión.

Bueno, ya cumplí mi cometido hoy, no irme a dormir sin escribir aquí, aunque no tenga algo que decir.

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