La comunicación nos acerca, pero la realidad de dos continentes nos separa y nos hace respirar la realidad. Te sueño como fantasía, ansías la desnudez de mi cuerpo y mis ganas de décadas acumuladas y entregadas a ti. Los días transcurren besando a tu familia, en los instantes cotidianos que envuelven a tu esposa y en las complicidades de una recámara construida durante noches enteras y madrugadas.
Mi vida anida proyectos, presentes de posibilidades y susurros de tu deseo.
Me quieres ver. Añoras amanecer conmigo, algo que nunca ha sucedido y no sabemos si sucederá. El año próximo anida posibilidades y ganas de noches compartidas cuya realización añoramos y cuyo desenlace desconcemos.
¿Es una locura imaginarte en mi cuerpo? ¿Es una locura robar tiempo de tu mundo de certezas? ¿Tengo derecho a reclamar una semana de tu existencia en mi vida? Tu presencia no afecta la existencia de nadie en mi presente. Mi presencia afecta existencias de tu vida.
¿Quiero conocerte o me limito a la fantasía de mis recuerdos? ¿Me quieres conocer o te limitas al recuerdo de mi cuerpo en una noche de deseos añorados y guardados durante décadas?
"Te pienso más que nunca". No se qué significa.... y no sé si lo quiero saber. ¿Hace alguna diferencia? Sólo sabemos tú y yo el significado de un día y una noche imprevista, añorada, inexplicable e imaginada. Unas horas que cambiaron nuestras vidas para que no cambiara nada más.
Te deseo. Quisiera sentir en este momento el sudor de tu cuerpo, tu boca en la mía y la fuerza de tu cuerpo. Sin palabras, con silencios húmedos que no necesitan explicación. Con posibilidades no exploradas y que posiblemente permanezcan en ese libro de historias jamás contadas cuyos testigos seremos tú y yo, nada más....perdidos en el mar de esperanzas que se duermen con el tiempo.
Te deseo. Quiero gemir entre tus brazos. Ansío sentir tus labios explorando mi cuerpo y la respiración entrecortadas entre las palabras que se dicen y no representan la inmensidad de nuestro encuentro.
Nuestro encuentro sacudió las certezas. Nuestra despedida abrió posibilidades inimaginadas.
Adiós y hasta pronto.
Te deseo.
Te sueño.
Te añoro.
Te imagino.
¿Volveremos a besarnos en un largo instante horizontal en el que tu cuerpo y el mío se funden como si siempre hubiesen sido un movimiento?