No los entiendo. ¿Qué haces si te das cuenta de que el hombre que te gusta y con quien supuestamente se está dando una relación sigue promoviéndose en match.com... y no sólo eso... tiene amigas en un sitio para golfitas adolescentes?
No soy una santa. Creo que a nadie le queda la menor duda, pero esto me parece demasiado. Me doy cuenta de que soy liberal, pero no a este punto. ¿Que el hombre que me propone hacer planes juntos quiera también hacer planecitos con mocosas calientes? Es demasiado para mi.
Lo peor de todo es que ni siquiera me enteré por mi. No estoy en ese sitio de ligues adultos -que por cierto, conozco un par de casos que han funcionado bastante bien. Me enteré por una amiga que conoció al galán en cuestión y que si está inscrita en el sitio... y se lo encontró en plena autopromoción. Lo contactó, el respondió y ya no siguió -ella- con el tema. El asunto es que él está disponible mientras me baja las estrellas.
Del sitio de lolitas, me enteré por el hijo de otra amiga que le comentó a mi sobrina que se encontró al galán de su tía coqueteando (la palabra exacta fue puteando) en el sitio.
Tal vez debería darle otro enfoque al asunto. Soy tan atractiva que le gusto a los hombres tanto como las mocosas que promueven en internet sus atributos naturales y otros no tanto y sin necesidad de abrir una cuenta en los sitios de ligue para que me observen como ganado, logro conquistar miradas y corazones.
En fin. Sigo sin entender esta afición masculina por la pornografía y el gusto por participar en sitios con adolescentes que promueven y enseñan sus tetas y nalgas por internet sin el menor recato.
Por supuesto, este señorcito ya fue borrado de mi lista, mi teléfono y mi Blackberry chat.